lunes, 26 de mayo de 2014

A LA DEHESA BOYAL, LA FUENFRÍA Y SEGOVIA 25 MAYO

 Fin de semana de grandes contrastes y sensaciones, todas gratas por supuesto; la ruta prevista era de Torrejón a Segovia, propuesta por nuestros amigos de Comando sin rumbo, y empezaba el sábado con la quedada de coches en tal población, con July, Agus y Marcos para poder regresar al dia siguiente.
Dejamos los vehículos en una zona cercana pero tranquila -a una hora temprana- y bajamos al centro histórico de Segovia a tomar unas cervezas y torreznos típicos; regreso rápido por las obligaciones y preparados para el gran día del domingo.






Concentrados a las 7 horas del domingo, nos citamos 8 Perdidos y 11 Comandos (Paco Tebar se nos uniría en Tres Cantos) además de Pedro Palmero -como invitado de lujo- aunque todos no tenían previsto realizar la ruta completa.
Se sale de la pasarela del corredor y se baja por la cuesta de la ceniza hacia la vía del Jarama, a un buen ritmo, para evitar demoras innecesarias.Nos acompaña un excelente tiempo -fresco pero sin aire- para la kilometrada que nos esperaba; pasamos por la pasarela hacia la vía del aeropuerto que nos conduce casi directamente a la subida de la Dehesa Boyal, ya en San Sebastián de los Reyes.



Llegamos a la vía ciclable que nos conduce hasta Colmenar viejo, punto en el que algunos compis se dan la vuelta; mientras tanto, el grupo sigue muy compacto y llega a la estación, por la cual continua un camino que nos llevará hasta el puente medieval colmenareño, atravesando algún que otro sendero del canal.
Bordeando el embalse de Santillana se llega a las inmediaciones de Manzanares el Real -con unas excelentes vistas- y unos bajan por una trialera y el resto decidimos bajar por un senderito a un parque colindante, para reagruparnos nuevamente y sin problemas.






Momento justo de la primera parada seria del grupo para reponer lo perdido y afrontar con garantías lo que nos queda, que es mucho todavía; yo me tomo unos higos, barrita de cereales y bebida isotónica.





Reiniciamos el camino y proseguimos hacia Mataelpino, con algún tramo de carretera, muy a nuestro pesar, pero inevitable, y Becerril de la Sierra, dejando atrás y a nuestra derecha, las magníficas moles de la Pedriza.





Desde aquí por un sendero tobogueante que nos hace disfrutar de lo lindo hasta cruzar la carretera M-607 y por otro senderito boscoso y húmedo, llegamos a Navacerrada a una muy buena hora, para llenar las mochilas y bidones de agua.
Atravesamos el pueblo y tras un pequeño despiste, nos vemos obligados a salir a la carretera que sube al puerto de Navacerrada; nos volvemos a reagrupar, tras la pequeña subida, en el restaurante la Fonda Real.


Ya de bajada a Cercedilla, nos queda lo peor, afrontar, después de 80 km.de ascenso progresivo, la gran subida de hasta 13 km. por el valle de la Fuenfría. 

Una vez más, todos juntos, los 16, iniciamos, cada uno a su ritmo, la ascensión; se pasa por el mirador de los poetas, el reloj solar gigante de piedra, el monolito memoria del Parque Nacional de Guadarrama y el mirador de la reina, ya casi en el final del puerto; al llegar arriba, mucho frío y aire con lo que decidimos abrigarnos para esperar a todos, y mucho dolor de glúteos por la cantidad de horas encima de la bici, a la que no estamos acostumbrados.



  Iniciamos el descenso por la vertiente segoviana, por la antigua calzada romana que enlazaba las dos Castillas, y por la pista forestal del pinar de Valsaín, de extraordinaria belleza.






Llama la atención la cantidad de agua que encontramos en todo el descenso hasta llegar a una pradera amplísima, dónde divisamos Segovia -al fondo- y la montaña de la Mujer Muerta -a nuestras espaldas- realizando nueva parada de reagrupamiento. 






Ya nos queda poco para llegar, momento en el que pincho, aunque rápidamente solventado; llegamos a las calles de Segovia y finalmente al acueducto, punto final de la ruta, y de gran satisfacción por todos, por el desafío completado (más de 125 km.).
Destacar el gran compañerismo y organización reinante durante todo el trayecto (impresionante trabajo rutero de Paco Tebar y Pedro Palmero) así como la ayuda solidaria de todos por llegar juntos.