Tenía que llegar pronto porque había celebración de cumpleaños y otra vez salía sólo por no entorpecer la ruta propuesta por los demás. Aún así me despierto pronto y llego al olivo a las 9, como casi siempre, a ver si por casualidad encontraba a alguien. No ha habido suerte. No es mi semana de suerte.
Salgo por la subida de los Santos, la tradicional, y continuo hacia Anchuelo, también por la de siempre, aunque la alargo por el camino del Cañaveral y calle Alcalá. Parada, reposte y continuamos.
Camino de los Eros hasta la Isabela y al llegar a la barrera de los Cerros, subida a la izquierda por las crestas, con fuerte viento.
Bajada por zona inédita de trialeras, peligrosa por llevar mal el freno delantero, y para casa con algún rodeo para hacer más kilómetros. Hoy tocaba menos.
