A LA ENCINA DE SANTO DOMINGO Y DAGANZO 27 JULIO 

  Tocaba reencuentro con mis amigos los Perdidos y proponían la ruta a la encina de la Quinta del Jarama, muy cerca de la urbanización de Santo Domingo, visible a la derecha de la A-1.

  Se sale sobre las 8, por la pasarela del Corredor, con algunos parones y disgregaciones del grupo, aunque nos volvemos a unir en la pasarela del Jarama, ya pasado Paracuellos; por la vía pecuaria pegada al aeropuerto y posteriormente la que nos lleva a la antigua fábrica de Cervezas Águila, se llega al famoso árbol.
Parada y fonda en la encina y salida sin perder tiempo hacia Prado Norte -ya conocido por todos- con posterior subida a Algete por el instituto.

  Aprovechamos para parar en una fuente y refrescarnos y partir hacia la fuente del Grullo, en el cruce de caminos de Cobeña -dónde coincido con Carliss y Antonio- y de ahí, por el camino del picadero "El Sombrero" que nos lleva directamente a Daganzo y por los sube y bajas del INTA, a Torrejón, a una muy buena hora para evitar el calor.

A LOS CAMINOS DE MEJORADA Y LOECHES 20 JULIO

  Tras la parada vacacional -dónde hemos estado disfrutando de una semana de descanso con sol y montaña- me reincorporo al entrenamiento bicicletero, nuevamente en solitario, a pesar de la invitación de algunos compis a la marcha de Albares.

Salgo por los huertos de ocio alrededor de las 9 y cuarto para cruzar la presa (ahora baja el Henares sin agua y se puede atravesar bien) y tras dejar Mejorada por la vertiente del cementerio, subo por los caminos de la izquierda, bien señalizados, para dar a parar a la carretera procedente de Velilla; de ahí por las calles inacabadas que llegan a Loeches, con el consiguiente cuestarrón y la obligada parada de barrita y bidón.

Salgo por la gasolinera y subo la cuesta que llamamos "Tourmalet" que va a Pozuelo, aunque antes me desvío a la izquierda para bajar por Torres y acortar un poco. Por la cuesta blanca llego a la carretera abandonada que se corta en la vía del AVE  y que me lleva al Soto de Espinillos y a casa, finalmente, con 55 km. a cuestas, más que suficientes a éstas alturas de año.

 

La semana que viene posiblemente haré carretera porque me apetece salir a rodar con la flaca y cambiar de formato de bici.